Utilizando células madre, los científicos han logrado restaurar la función nerviosa en monos con enfermedad de Parkinson. Los hallazgos pueden cambiar las prácticas terapéuticas en humanos.
Un nuevo estudio es prometedor para usar células madre para crear neuronas que puedan reemplazar las dañadas por la enfermedad de Parkinson.
Un nuevo estudio Trusted Source, publicado recientemente en la revista Nature Communications, es prometedor para tratar la enfermedad de Parkinson con células madre pluripotentes inducidas (iPSC).
Las iPSC son células que han sido tomadas de un tejido de un niño o de un adulto y modificadas genéticamente para parecerse a las células madre embrionarias, es decir, para poder tomar la forma de cualquier otro tipo de células adultas.
En el caso del Parkinson, los científicos han estado utilizando iPSCs de fuente confiable para formar un cierto tipo de célula cerebral que está dañada por la afección: las llamadas neuronas dopaminérgicas ubicadas en el mesencéfalo.
Estas células cerebrales son la fuente principal de dopamina, el neurotransmisor que ayuda a regular el movimiento voluntario, el estado de ánimo, el estrés y la recompensa, entre otras cosas.
Anteriormente, los investigadores habían podido restaurar la función motora en ratas y primates con síntomas similares al Parkinson mediante la implantación de neuronas dopaminérgicas derivadas de iPSC humanos. Pero hasta ahora, ningún estudio ha investigado el impacto a largo plazo de tal práctica en primates.
En este contexto, un equipo de investigadores dirigido por Jun Takahashi, del Centro de Investigación y Aplicación de Células iPS de la Universidad de Kyoto en Japón, se propuso implantar estas neuronas en el cerebro de los macacos de cola larga y evaluar la seguridad y la funcionalidad de Tal práctica con el tiempo.
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Takahashi y sus colegas trasplantaron células de adultos humanos sanos y adultos con Parkinson en los cerebros de los primates. Para simular la enfermedad de Parkinson en los primates, los investigadores los trataron con MPTPTrusted Source, una neurotoxina comúnmente utilizada para inducir el síndrome de Parkinson en animales.
Los científicos utilizaron una escala de calificación neurológica para evaluar el efecto neurológico del trasplante, así como grabaciones de video para analizar los movimientos espontáneos de los primates.
Además, para evaluar la «supervivencia, expansión y función» de las neuronas trasplantadas y la respuesta inmune del cerebro de los primates, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética (MRI) y tomografía por emisión de positrones (PET).
Para evaluar la seguridad del procedimiento, los investigadores siguieron clínicamente a los primates durante 2 años.
Los análisis celulares revelaron que las neuronas dopaminérgicas, cuando alcanzaron la madurez, extendieron sus axones y dendritas al cuerpo estriado del huésped.
Los investigadores encontraron que «las células progenitoras dopaminérgicas derivadas de [iPSC-] humanas sobrevivieron y funcionaron como neuronas dopaminérgicas del mesencéfalo, [aumentando] el movimiento espontáneo de los monos después del trasplante».
Además, durante un período de 2 años, Takahashi y su equipo no encontraron tumores derivados de células en el cerebro de los primates, ni registraron ninguna respuesta inmune fuerte al trasplante.
En otro artículo publicado en la revista Nature Communications, los autores muestran cómo la respuesta inmune puede mejorarse aún más.
Al unir un grupo de proteínas llamadas proteínas del complejo de histocompatibilidad principal (MHC) de los iPSCs con el MHC del huésped, la supervivencia de las neuronas mejora y la respuesta inmune contra las neuronas se reduce, escriben los investigadores.
Fuente: Medical News Today