Buenas noticias para los deportistas de la Universidad Hebrea
Los atletas de fin de semana que se esfuerzan demasiado para correr o jugar baloncesto pueden algún día cosechar los beneficios de la investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén que muestra que las células madre adultas se pueden usar para fabricar nuevos tendones o ligamentos. Las lesiones de tendones y ligamentos representan un desafío clínico importante para la medicina ortopédica.
En los Estados Unidos, al menos 200.000 pacientes se someten a reparación de tendones o ligamentos cada año. Además, el disco intervertebral, que está compuesto en parte por tejido similar a un tendón, tiende a degenerar con la edad, dando lugar al fenómeno muy común de lumbalgia que afecta a una gran parte de la población. Hasta el momento, las opciones terapéuticas utilizadas para reparar ligamentos y tendones desgarrados han consistido en injertos de tejido y prótesis sintéticas, pero hasta ahora ninguna de estas alternativas ha proporcionado una solución exitosa a largo plazo.
En la edición de abril de la revista Journal of Clinical Investigation se informa sobre un enfoque novedoso para la regeneración del tendón.
Los investigadores, el profesor Dan Gazit y sus colegas del Laboratorio de Biotecnología Esquelética de la Facultad de Medicina Dental de la Universidad Hebrea, diseñaron células madre mesenquimales (MSC), que residen en la médula ósea y los tejidos grasos, para expresar una proteína llamada Smad8 y otra llamada BMP2. Cuando los investigadores implantaron estas células en el tendón de Aquiles desgarrado de ratas, descubrieron que las células no solo sobrevivían al proceso de implantación, sino que también fueron reclutadas en el sitio de la lesión y pudieron reparar el tendón.
Las células cambiaron su apariencia para parecerse más a las células de los tendones (tenocitos) y aumentaron significativamente la producción de colágeno, una proteína fundamental para crear tendones y ligamentos fuertes pero flexibles. La reparación del tejido del tendón se detectó utilizando un tipo especial de imagen conocido como protón DQF MRI, desarrollado por el profesor Gil Navon de la Universidad de Tel Aviv, que reconoce las diferencias entre los tejidos que contienen colágeno, como tendones, huesos, piel y músculos. Los autores señalan que las proteínas BMP y Smad están involucradas en otros tejidos como los nervios y el hígado, lo que sugiere que este tipo de tecnología de administración puede ser útil para otras enfermedades degenerativas.
En un comentario adjunto en el Journal of Clinical Investigation, Dwight A. Towler y Richard Gelberman de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, declaran: «Dado nuestro conocimiento limitado de cómo las MSC se convierten en tenocitos, el progreso reciente demostrado en estos estudios son bastante notables y pueden ser potencialmente útiles en enfoques terapéuticos basados en células para las lesiones musculoesqueléticas «.