Los tratamientos con células madre se diversifican cada vez más, y la ciencia ha encontrado diferentes alternativas para padecimientos complejos autoinmunes y neurológicos. Por esto mismo, nos interesa que conozcas más sobre los exosomas y su funcionalidad.
¿Qué son los exosomas?
Los exosomas son vesículas extracelulares (una especie de cápsulas que se encuentran fuera de la célula) que podemos encontrar en los tejidos y en fluidos como la sangre, la orina y el líquido cefalorraquídeo. Se pueden identificar muy fácilmente por su morfología característica y son únicos en su composición proteica y lipídica.
La ventaja única de los exosomas y su estructura es que les permite distribuirse fácilmente por el organismo, incluso cruzando la barrera hematoencefálica (barrera impermeable altamente selectiva que separa la sangre circulante del fluido extracerebral del sistema nervioso central), lo que permite utilizarlos como terapia para enfermedades neurodegenerativas.
¿Para qué sirven los exosomas?
Los exosomas juegan un papel muy importante en la comunicación entre las células, transportando información genética y proteínas.
Pero, ¿qué quiere decir todo esto? El interés en los exosomas comenzó a partir del momento en que se descubrió que las células presentadoras de antígeno (APCs) mejoran su respuesta inmune utilizándolos, ya que están enriquecidos con proteínas inmunomoduladoras.
Las características antes mencionadas también hacen a los exosomas atractivos marcadores biológicos en diagnóstico, pronóstico y tratamiento de padecimientos neurológicos. Actualmente existen estudios que sugieren la capacidad de los exosomas de mejorar la funcionalidad del sistema nervioso central en padecimientos como EVC (enfermedad vascular cerebral) y trauma craneoencefálico.
Diversos estudios sugieren que la aplicación de exosomas derivados de células madre mesenquimales mejora la recuperación funcional, promueve la neuroplasticidad (capacidad del sistema nervioso de cambiar su estructura ante la diversidad del entorno) y es capaz de reducir el deterioro cognitivo.
Incluso, la aplicación de un tratamiento basado en exosomas, sin la presencia del componente celular, ofrece ventajas en algunos pacientes que no pueden recibir células madre, ya que reducen algunos riesgos como la oclusión de vasos sanguíneos pequeños o el crecimiento no regulado de células trasplantadas en pacientes con antecedentes de tumores gracias a su baja o nula oncogenicidad (propiedad de causar la formación de tumores).
El desarrollo de la terapia basada en exosomas está abriendo una variedad de medios para mejorar los aspectos de la neuroplasticidad y la recuperación neurológica para una variedad de lesiones neuronales y enfermedades neurodegenerativas.
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