El mecanismo no es por las razones biológicas originalmente propuestas hace dos décadas, reemplazando las células dañadas o muertas y que hoy es la base de los ensayos clínicos en curso, sino una forma completamente diferente.
El estudio publicado en ‘Nature’, muestra una forma completamente diferente de cómo las células madre del corazón ayudan al corazón lesionado. Inyectando células madre cardíacas vivas o incluso muertas en el corazón lesionado de los modelos experimentales utilizados en el estudio, desencadenaba un proceso inflamatorio agudo, que a su vez genera una respuesta similar a la curación de la herida para mejorar las propiedades mecánicas del área lesionada.
Mediada por las células de macrófagos del sistema inmune, el proceso de curación secundaria proporciona un beneficio modesto para la función del corazón después de una insuficiencia cardiaca severa, según Jeffery Molkentin, investigador principal, director de Molecular Cardiovascular Microbiología un hospital Centro Médico Infantil de Cincinnati y un profesor de la Instituto Médico Howard Hughes (HHMI).
«La respuesta inmune innata alteró de forma aguda la actividad celular alrededor del área lesionada del corazón para que se curara con una cicatriz más optimizada y mejores propiedades contráctiles –explica Molkentin–. Las implicaciones de nuestro estudio son muy claras y presentan una nueva e importante evidencia sobre un debate sin resolver en el campo de la medicina cardiovascular».
El nuevo artículo se basa en un estudio de 2014 publicado por el mismo equipo de investigación, también en ‘Nature’. Como en ese estudio anterior, el documento actual muestra que la inyección de células madre positivas para el corazón c-kit en un corazón dañado como estrategia para regenerar los cardiomiocitos no funciona.
Los hallazgos llevaron a Molkentin y su equipo a concluir que existe la necesidad de «reevaluar los ensayos clínicos basados en la terapia celular actualmente planificada, para preguntar cómo podría funcionar realmente esta terapia».
El estudio trabajó con dos tipos de células madre cardíacas que se usan actualmente en los ensayos clínicos: células mononucleares de médula ósea y células progenitoras cardíacas.
A medida que los investigadores pasaron por el proceso de probar y volver a verificar sus datos en diferentes condiciones, se sorprendieron al descubrir que, además de los dos tipos de células madre, la inyección de células muertas o incluso un químico inerte llamado zimosan también proporcionaba beneficios para el corazón optimizando el proceso de curación. El zimosan es una sustancia diseñada para inducir una respuesta inmune innata.
Los investigadores informaron que las terapias con células madre o zymosan probadas en este estudio alteraron las respuestas de las células inmunes que disminuyeron significativamente la formación de tejido conectivo de matriz celular adicional en las áreas de lesión, al tiempo que mejoraron las propiedades mecánicas de la cicatriz.
Los autores concluyen que «los corazones inyectados produjeron un cambio significativamente mayor en la fuerza pasiva al aumentar el estiramiento, un perfil que se parecía más a los corazones no lesionados».
«La mayoría de los ensayos actuales también fueron diseñados incorrectamente porque infunden células en la vasculatura –explica Molkentin–. Nuestros resultados muestran que el material inyectado tiene que ir directamente al tejido cardiaco que flanquea la región del infarto. Aquí es donde se está produciendo la curación y donde los macrófagos pueden actuar».
Los investigadores también observaron un hallazgo interesante que involucra zymosan, un compuesto químico que se une con receptores de reconocimiento de patrones seleccionados para causar una respuesta inmune innata aguda.
El uso de zyimosan para tratar el corazón lesionado de los modelos experimentales utilizados en el estudio, resultó tener un beneficio ligeramente mayor y de mayor duración en los tejidos lesionados que la inyección de células madre o restos de células muertas.
Molkentin asegura que, junto a otros científicos colaboradores, seguirán buscando formas de aprovechar las propiedades curativas de las células madre y los compuestos que probaron.