El ministerio de Salud bonaerense autorizó a un laboratorio a trabajar con células madre de donante cadavérico para regenerar la piel en personas que sufrieron quemaduras graves. Es el primer ensayo clínico de este tipo a nivel mundial
El procedimiento estará a cargo del Servicio de Ingeniería Tisular, Medicina Regenerativa y Terapias Celulares del Centro Unico de Ablación e Implantes de la provincia de Buenos Aires (CUCAIBA), dependiente de la cartera sanitaria.
El ministerio afirmó que la técnica es pionera a nivel mundial y consiste en la extracción de células madre mesenquinales de la médula ósea de un donante cadavérico, que se someten a procedimientos y se cultivan en el laboratorio por más de 20 días “para que sean capaces de convertirse en piel”.
El responsable del Laboratorio del CUCAIBA, Enrique Mansilla, quien se capacitó en la universidad estadounidense Harvard y se dedica a la investigación de la regeneración de piel humana para personas con grandes quemaduras, explicó el procedimiento.
«Se saca el tejido muerto y se aplican las células con un spray de fibrina. La fibrina es un polímero, propio del ser humano, que actúa en el sistema de coagulación normal de la sangre. En este caso forma una matriz biológica en donde las células pueden adherirse, crecer y multiplicarse”, manifestó Mansilla.
El ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia, dijo que la técnica constituye “uno de los tres ensayos clínicos con células madre aprobados por el ministerio de Salud de la Nación a través del INCUCAI la semana pasada”.
«Si bien hay una gran expectativa porque son ensayos que de funcionar marcarán un hito en la historia de la medicina, hay que ser muy prudentes y advertir que aún están en fase de prueba, deben demostrar seguridad y eficacia”, expresó.
La cartera sanitaria afirmó que “de funcionar, la nueva técnica presenta ventajas significativas en comparación con las que se venían utilizando hasta ahora, como el cultivo de queratinositos” y manifestó que “éstas son células de la piel que se extraen del propio paciente y se cultivan hasta que alcanzan la dimensión necesaria para cubrir la zona quemada”.
Asimismo, advirtió que uno de los inconvenientes que presenta esta terapia es que se precisan al menos 21 días para regenerar la piel y, dijo Mansilla, “los grandes quemados no dan tiempo, hay que tratarlos rápidamente porque si no mueren”.
En cambio, el uso de células madre mesenquimales de donante cadavérico “posibilita tenerlas preparadas de antemano y emplearlas ni bien el paciente llega al hospital”, dijo.
El responsable del Laboratorio expresó que hace 8 años, cuando empezó a trabajar en la técnica primero en modelos in vitro y luego en animales, descubrió que tenía “una célula que poseía plasticidad, no inmunogénica. No generaba rechazo en el receptor y podía ser de una persona fallecida, no ya del propio quemado, lo que constituía una ventaja enorme porque nos permitía tenerlas preparadas de antemano”.
El ministerio recordó que las células madres mesenquimales se obtienen de la médula ósea de donantes cadavéricos y tienen “la potencialidad de diferenciarse y convertirse en diferentes tejidos”.