Células Madre: aportes y potencialidades para la medicina

De entre todas las clasificaciones de células que existen en el cuerpo humano, las «células madres» se caracterizan por ser las únicas que poseen la capacidad de reparar, o proveer al cuerpo de nuevas células de cualquier tipo, de acuerdo a sus necesidades, manteniéndonos sanos e impidiendo el envejecimiento prematuro. La profesora Verónica Palma, directora del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias, explica cuáles son las potencialidades que ofrecen a la medicina, y los principales desafíos que enfrentan los investigadores en el área.

En la actualidad, la investigación en el campo de las células madre y la ingeniería tisular está experimentando un «boom», gracias a sus potenciales aplicaciones en áreas como la biomedicina, volviéndose un tema muy relevante en la comunicad científica.

Así lo explica la profesora Verónica Palma, directora del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias, quien destaca que estas células troncales pluripotentes -o sea que pueden dividirse en nuevas células madre o convertirse en cualquier otro tipo de célula del cuerpo- cumplen el rol de regenerar o reparar tejidos y órganos enfermos, por lo que pueden ser utilizadas para una amplia variedad de terapias para distintas condiciones médicas.

Si bien existen tratamientos disponibles que incluyen la inyección de células madre en áreas como la piel, son pocos los que tienen una efectividad demostrada y que hayan seguido todos los protocolos y ensayos clínicos, existiendo aún mucho trabajo de investigación y evaluación para continuar desarrollando esta área.

Uno de los desafíos actuales radica en pasar de la inyección de células madre a producirlas a partir del material genético del propio paciente, de manera de reducir el riesgo de un rechazo inmunológico, que es una posibilidad que rodea a todo trasplante que se realice. En este campo, el año 2006 representó un gran cambio de paradigma gracias a la investigación del Dr. Shinya Yamanaka, quien logró «despertar» los genes pluripotentes apagados en una célula somática, convirtiéndola en una célula madre pluripotente inducida (IPS), descubrimiento que le valió el Premio Nobel en 2012.

Al respecto, la académica remarcó que se debe avanzar en la posibilidad de generar no sólo las células madre sino que «recrear las condiciones que permiten que cumplan sus funciones al interior del cuerpo humano, de manera de poder desarrollar sustitutos de verdaderos tejidos u organismos que luego podamos trasplantar». 

Investigación de punta

A lo largo de los últimos 15 años, la Dra. Palma ha desarrollado su trabajo en esta área, realizando un gran número de investigaciones en distintas materias, teniendo un especial interés en la posibilidad de regular la conducta de las células madre, de manera que proliferen o se diferencien en los tipos celulares adecuados.

Los proyectos desarrollados aplicando este conocimiento para fines biomédicos -en los que ha contado con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de nuestro plantel- han permitido además presentar una patente en el contexto de terapia celular para tratamiento de heridas, junto con otra que se encuentra en preparación para el tratamiento de la psoriasis.

«Una de las cosas que hemos hecho es utilizar células troncales que hemos aislado del cordón umbilical humano para generar dispositivos médicos, sustitutos dérmicos para potenciales tratamientos de quemaduras, que llevamos hace bastante tiempo con el que hemos contado con financiamiento de proyectos Fondef. También hemos desarrollado un potencial tratamiento para la psoriasis en base a las potencialidades terapéuticas que tienen las células madre«, aprovechando que estas células producen distintas proteínas que pueden tener en si misma potencial terapéutico, para lo que han caracterizado estos productos secretados para utilizarlos en distintos contextos.

Otra línea de investigación ha estudiado las células troncales del intestino «y como pueden ser moduladas por distintos factores. Por ejemplo cuando hablan de la restricción calórica y dice que el ayuno intermitente es bueno, en un trabajo que publicamos demostramos en un modelo de ratón que lo que hace es promover una mayor proliferación de células troncales, y queremos demostrar que eso mismo ocurre con las del sistema nervioso, en nuestro cerebro». 

Respecto a áreas por desarrollar, la profesora Palma hizo hincapié en la necesidad de «caracterizar con mayor precisión la capacidad de secreción localizada que existen en estos factores de crecimiento para la reconstrucción de la piel, la vasculatura, y de las distintas necesidades que puedan existir en nuestro organismo para reparar. Ahí hay una tremenda potencialidad terapéutica en unas microvesículas llamadas exosomas, que se podrían combinar con biomateriales para desarrollar terapias avanzadas sin células para tratar distintas enfermedades

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