Se encargan de renovar órganos y tejidos, pero con los años pierden esta capacidad de renovación
Vivir, ya se sabe, es renovarse. En el cuerpo humano son las células madre quienes se encargan de renovar órganos y tejidos. Para ello, producen nuevas células que sustituyen a las que dejan de funcionar.
Con los años, sin embargo, las células madre pierden esta capacidad de renovación. ¿Por qué la pierden y cómo podría remediarse?, se preguntó Pura Muñoz-Cánoves, investigadora Icrea en la Universitat Pompeu Fabra, que centró sus experimentos en células musculares porque “son muy importantes en el envejecimiento; cuando nos hacemos mayores, perdemos masa muscular y nos volvemos más frágiles”.
Descubrió que, en tejidos jóvenes, los residuos de las células se eliminan en un proceso llamado autofagia, que es un mecanismo de limpieza en el que estos residuos se reciclan. Pero en tejidos ancianos esta capacidad de reciclaje se pierde, de manera que los residuos se acumulan. En lugar de la autofagia, que es un proceso saludable y tan importante que su descubridor ganó el Nobel en el 2016, se instaura la senescencia, que es un proceso pernicioso. En la senescencia, las células que no cumplen con su trabajo se resisten a ser eliminadas. Son células que ni hacen ni dejan hacer.